TRAICIÓN
PEZÓN NEGRO
Bajo al portal, abro la puerta, salgo corriendo.
Huyo cuando parece que estoy quieto.
Sufro cuando parece que sonrío.
Sigo corriendo, acelero,
supero el límite de velocidad.
Huyo como un loco,
derramado en un néctar extraño.
Pierdo el ritmo,
camino sonámbulo,
entro en un bar
pido un café cargado.
Derrapo,
me deshago,
pierdo el empaque,
qué sujeto a la muleta aguanta el tirón.
¡Que digo! ......
qué la mañana hiela como el cuchillo
qué saja el pezón negro de mi vientre,
qué la mañana áspera de indiferencia
causa el dolor más ahogado en la charca de mi garganta.
Qué los ojos como dos embalses preñados de lágrimas
no dejan correr las aguas que riegan los campos
yermos del rostro.
Qué indiferencia siento!.
Sin dolor qué es el dolor más inmenso.
Mi corazón late en los telediarios de sobremesa,
mi sexo mecánico y lacerado
escupe el aliento del condenado,
la calma es violenta
y el viejo lo es siempre si nace viejo
y el joven lo es siempre.
LA ALCOBA
Bajo la pira
que conforma
el pequeño óculo
del ventanuco
incendiando al sol,
en el techo de la alcoba
yazco después del sacrificio delicioso
del néctar de la traición
Y
me ofrezco a la nada,
ese oído sin oreja,
para servir de sacerdote
a lo saturnal y melancólico.
Una única estrella en el cielo,
un único reino en la tierra,
un respiradero único
hueco.
AMANECE
Amanece en mi vientre,
sin dormir,
tras una noche de humo y traición.
Amanece en mi vientre
el dolor de unas fauces
que arden en colmillos negros
de una sintonía que repite la misma hora
una y otra vez.
Dos calaveras mirándose mutuamente
por el hueco ocular,
buscan al chiquillo que chapoteaba
en los charcos del parque de los ochenta,
pero solo queda bruma y acetato.
Solo.
Cuando amanece, en mi vientre
un buitre engulle mis últimos sueños
bajo una lluvia helada
de botellas y mecheros sin yesca,
el dolor cuando se hace tan inmenso
pasa desapercibido
con su bigote indolente.
El rostro de máscara,
y las pupilas hendidas para siempre
en muescas litográficas.
AMOR PERDIDO
COMPAÑERA
Hoy me levanté pensando que era otro día más.
Pero ya no estabas. Nunca jamás.
Ya nunca más verás mi rostro metido en un puño
compañera.
Jamás estarás, otra vez más.
En una foto tu ausencia se observa en la mesilla
como una imagen disolviéndose en acetato,
en una foto tu ausencia suena
como un viejo coche en mi estertor.
El dolor se hace líquido en los ojos,
y sólido como cadáveres se apiña en las cunetas de mis cuencas.
Miro vuelta mi córnea y aún te veo,
allí donde antes nos acompañábamos,
compañera. Aún te veo.
Aún.
Aún te veré siempre.
Anoche, por última vez tomaste con tu mano trémula
mi mano trémula, en la cama, de espaldas,
en un entrelazado adiós al final del camino.
Soñé de nuevo como te perdiste en la vereda de tu pueblo,
con tu pequeña bici.
Fui en tu ayuda, pero nunca llegaba.
Nunca llegué.
Compañera, muero todos los días tu ausencia,
desde el día que te conocí y hasta el día que ya no esté.
CÚAL SERÁ LA PRÓXIMA CAÍDA?
Soy tan débil,
qué te necesito, mujer,
como un balcón necesita un suelo,
como un balcón.
Mirando al abismo,
me balanceo en un columpio de frustraciones.
Me agarro fuerte mientras se resquebrajan las costuras del paramento.
Tan débil…..
mis huesos se hacen barrotes,
y grito ahogados silencios con la enjuta alma,
en el trullo de mi ser.
Te sueño en el despierto de la desesperación,
y ya no sé quién eres, ni dónde estás.
Nunca arreglaron esa avería, nunca,
y mira que llamamos veces.
Un gato oscuro atraviesa el callejón de mi penumbra
con cuerdas de violín.
Qué trama ahora el duende burlón?.
Cuál será la próxima caída?.
PARTIDO EN DOS
Partido en dos,
como un fruto de un machetazo,
desde la garganta hasta el vientre,
más abajo.
Partido en dos,
como la distancia de dos barcas
de rumbos quebrados
qué se alejan entre sí.
Partido en dos,
como la nuez amarga
que crasco todas las mañanas.
Qué lejos queda,
qué lejos.
Partido en dos,
horóscopo maldito.
Partido hacia el desencuentro
y la desolación.
Partido en dos,
si, eso es,
así me encuentro.
NUNCA ALCANCÉ A VERTE
Amor,
dónde te escondiste tanto tiempo?.
Quizás en el dolor de tu piel blanca como mi fe en ti?.
Amor,
nunca alcancé a verte.
Y aun te alejas más,
y más.
ME DUELE TODO
Amor
tus ojos se estiran como un arco
que se tensa para lanzarme
hacia la presa.
Malherida la presa,
lamo sus heridas
en mis costados.
Cada día sin ti es un bocado en mi pecho,
devorado por tu ausencia
me consumo hasta ser esternón,
y de mi
lo que queda es mueca.
Mis párpados son jirones en el horizonte apagado,
se cosen luces en las costuras de tu recuerdo,
soy el trapero
de nuestro amor perdido.
Me duele,
todo.
HUELLAS
Sobre las huellas
que me marcaste
por tu paso por mi alma,
dejaste un vacío,
me faltas amor.
Sobre tus huellas,
nada queda,
salvo dolor.
SOLEDAD / LO PERDIDO
DEMASIADO TARDE
I
Más solo que una rata.
Solo,
acompañado de un dolor cabrón que se retuerce
en humeros de pirata por mi nuca encañonada.
¿De quién es el fusco qué me apunta?, del Sr. tensión,
capo de la mafia del estrés de los tiempos posmodernos.
Los tiempos posmodernos, sabes?,
depresión, exceso de pasado,
estrés, exceso de presente,
ansiedad, exceso de futuro,
exceso, exceso, exceso, hedonismo atroz,
carpe diem publicitario sacacuartos.
Flanqueados estamos todos, por los flashes creados
en el siglo de los focos, siglo XXI, siglo de los focos.
Claro, las luces no proceden de la naturaleza,
sino de los objetivos de las cámaras,
y de las pantallas planas,
ilustrados ingenieros del matrix iluminado.
Cuando se haga de nuevo la oscuridad
se encenderán mil hogueras
en las mil colinas de la nueva civilización
qué lleva en espera de volver diez veces mil.
II
Al morir Dios,
que en realidad se fue a descansar
porque ya estaba vieja,
fue la Ciencia la que se puso en la esquina,
alguien tenía que traer el sueldo
a casa de Yabé.
Con las espaldas cargadas
de tanta sobre-información
apenas puedo moverme.
Pero justo en este mismo instante
siento algo de repente que parece
qué me viene de dentro y grito,
soy libre!.
Y eso es todo.
Entonces me caigo lanzado como un saco
en el sofá y agarro el mando de la tele
que se trastabilla, se me escapa de las manos
y choca contra el suelo y se disparan las pilas
como proyectiles, una se pierde y la otra se mete debajo,
meto la cabeza y el pico de la mesa me golpea
en la ceja, me dejo caer conmocionado
o conmovido, no lo se muy bien,
y desde el suelo veo el techo, y del techo cuelga
una araña y por fin lo entiendo todo.
Demasiado tarde.
DÓNDE HAN QUEDADO?
Todos los sueños en una colilla apagada,
ahí se han quedado,
quietos,
atropellados,
en una ceniza de gentes
que ya marcharon.
Los deseos
quedaron en la pupila de las autovías de la adolescencia,
y ahora por carreteras secundarias
voy buscando pensiones sin ventanas,
de plantas octogonales,
para reverberar las voces internas
de los años perdidos.
Piel,
luz,
arena,
turgencia de espejismos,
la sal que cura el desagarro de un día...
todos se abatieron en el último recital.
Y volví sin nada,
ni piel ni luz ni arena,
la flacidez de ocho lustros
qué son ahora mis versos en el reflejo
de un dispositivo móvil.
Lo que antes eran llamas incendiadas en mis yemas,
dónde han quedado?.
MALDITA BARRERA!
Algún día.
No queda mucho.
Algún día romperé esta barrera maldita y caminaré al frente.
En estos momentos de dolor en los que escribo,
veo tras la tormenta una carretera rumbo al corazón del mundo.
Veo mis músculos fuertes portando el pendón de la victoria.
Un camino hacia dentro,
escabroso por el fango de las indecisiones.
Ya basta!.
Qué está pasando!.
El dolor me cubre de insectos.
Los sueños son despiadados.
La oscuridad de la noche es un rincón vacío,
el mundo se cierra como un embudo, por donde
sale mi mano aterrada, chillando venas de espanto.
Me siento débil, fatigado,
qué alguien me ayude!.
Maldita barrera!
LLEVO EL PECHO ABIERTO EN UN DESFILADERO
Con nudos ahogo el salto al vacío,
las luces se apagan a mi paso,
un cristal se rompe en la nuez,
los tendones se deshilachan
como cordones desgastados.
Hundo mi rostro en la sangre del recuerdo.
A veces,
que pocas fuerzas tengo para seguir.
Se me clavan puñales como teclas de piano de réquiem,
punzadas en los ojos del pasado,
me duele todo,
el andar,
me duele el viento del otoño,
me dueles tú,
creo que no podré aguantar.
Llevo el pecho abierto en un desfiladero.
SOMIERES
Nuestra infancia fue rururbana.
Pululando por los descampados de la periferia
entre huertas moribundas de disparos
de cartuchos verde aceituna, postes eléctricos
en los terraplenes del posdesarrollismo,
jeringuillas naranjas de yonkis en el barro
y también pozas inmundas. Neumáticos
quemados como ojetes del progreso,
y montañas de escombreras
de los nuevos barrios en construcción.
Y la vía del tren, una línea recta
férrea y enigmática de ida y vuelta
en el secarral, como una frontera mágica.
Más allá de esa frontera aún seguía la guerra,
olivos, bunkers y lobos aullaban
los últimos bombardeos en sueños periurbanos.
Y trozos de revistas porno, hojas de Penthouse
pegadas entre sí a la vida como amantes dementes.
Y colchones rajados y amontonados, junto a los somieres,
- picadas, podridas dentaduras del inframundo- ,
arrojados sobre el terraplén como mórbidos
cadáveres del insomnio,
escupiendo muelles como sapos que saltan
con los globos oculares histéricos,
ojos como los míos en estos instantes
en los que escribo gripado en recuerdos.
TENDERETE DE MI
Tendida con pinzas
tengo mi carne
en lívidas tiras sajadas,
como una cortina asomada al patio de vecinos,
observando con ojos
de profundo vacío y farfullando,
¿ dónde dejaste al niño que chapoteaba en los charcos
del parque con sus botas rojas de goma?. ¿Dónde lo dejaste?.
Hoy, de repente,
toda mi carne desarticulada,
ha intentado de nuevo juntarse
en una unidad firme y ardiente,
cuando todo estaba por conquistar,
cuando era verla
y todo lo que yo llevaba encima
se hacía primavera en mil pétalos,
en mil nacimientos,
podía verla a kilómetros de distancia,
esperando que yo acabara los preparativos
para la ceremonia triunfal.
Siempre a la espera.
Pero, todo pasó,
murió el cantante de Seattle y todo se vino abajo,
diez años después hubo un reencuentro inesperado,
diez años después,
y ya no quedaba ni rastro del brillo
en su semblante en mi,
a kilómetros de distancia,
a mil años luz, eso que yo admiraba
cuando era el tiempo de la conquista.
La ceremonia triunfal nunca llegó a celebrarse,
tardé tanto en prepararme.
I HATE MYSELF AND I WANT TO DIE
Herido.
Son las seis de la mañana y un filo se me clava profundo como una flecha caníbal y un puto anuncio se cuela en este poema
que sufro como un cabrón.
Si, sufro como un CABRÓN !!
Este sistema hijoputa se mete en mi dolor más profundo
para patrocinar su mierda insana.
Son tan canallas!!!!,
No paran de engendrar nuevos seres de mentes artificiales , futuros psicópatas preparados para ejecutar y ser ejecutados.
No me temblaría el pulso al lanzar metralla sin contemplaciones
en sus pantallas.
En estos momentos Kurt Kobain grita Me odio y me quiero morir,
grita su fracaso programado por los ingenieros de la Industria musical.
Un latigazo de frialdad, un disparo,
estoy tan acabado ….tan acabado……
un dolor cruza el vacío de mi cuerpo, es tan excelso que es indoloro.
No siento nada, mis ojos son dos conchas vacías, mis brazos codean ciegos en la noche profunda,
solo pido que nunca acabe esta canción,
me sostiene como una cuerda de funánbulista….
Y qué más da caer,
y qué más da caer….
si todo lo peleado
ha sido ninguneado por generaciones de sensibleros insensibles.
Son muchos años ya
y cae mi sombra de entonces en mi cuerpo fallido,
qué me habéis hecho cabrones!,
no debí nacer, soy un puto accidente, no debí nacer, me habéis jodido pero bien, en esta escafandra de carne y hueso, ya ni vuelo, ni me comunico, ni trasciendo, como antes de nacer.
A pesar de mi borrachera,
peleo para escribir justo lo que deseo decir,
no me querréis quitar también eso malnacidos artificios????.
Son las seis y media de la mañana,
y espero, espero como un capullo,
te acuerdas de mí? y qué más da.
QUE JODAN A TODO!
Más que nunca me duele todo,
las facciones de mi cara sórdida
la textura de mi cabello sucio,
la charca de mis labios
seca y cuarteada,
y un sinfín de mierda que se acumula por qué dónde estoy?,
perdido en la fosa de la humildad
y en el humo de la desesperación.
Fallezco en alardes broncos,
qué jodan a todo!
HABRÁ PELEA
Tengo un nudo en la garganta
que sujeta la cuerda que pende
en el abismo de las vísceras
dónde dos velas se apagan lentamente
dejando un rostro de cera fría,
una máscara,
solo una máscara gélida,
sin fuego.
Un dolor
navega en mi vientre
en un barco pirata incendiado,
dos luces apagadas,
recuerdos
que se sumergen
en lo más profundo.
Allí quedaré
hasta el día en que descubran
el botín en los caladeros
de la muerte.
Un nudo bajo la calavera de cera,
plancton como entrañas,
restos custodiados por un pez espada.
Allí dónde esté, habrá pelea.
OTRO TRAGO
SEMEN NEGRO
Semen negro
salpica todo mi cuerpo,
abriendo una fractura en mi pecho,
y el esternón escupe arcilla en vasijas
de cadáveres.
Estoy muy jodido,
dame un trago más.
Un trago más.
Otro.
Me ahorco en los días del año,
una cárcel formada por carencias,
caries del pasado.
Y si pierdo ya la cabeza de una vez por todas?
BEBES,BEBES Y BEBES
Cuando aprendes a dejar escapar
lo que de todos modos se deshace
entre nuestros dedos, falanges, manos y costillas,
bebes, bebes y bebes
como un condenado a muerte.
OTRO TRAGO MÁS
I
Me siento desolado,
me muero a cada paso torpe, a cada falta de ortografía.
Me pongo un chato de vino, abro un bote de aceitunas de oferta,
un kilo verdes manzanilla a 2,5 en el supermercado.
Me pongo otro trago,
otro trago más.
Escucho el tema de hip hop Yo no tengo flow,
habla de los que son como yo, los que no sabemos adaptarnos,
los que no dominamos ninguna técnica,
los que no disponemos de las habilidades estándar.
Mi vida pasa,
como lonchas de jamón de bellota por la córnea de la madrugada de un mayo de buen paladar, sin catar.
Uno de mayo,
puños rojos desfilan en mi perilla ahogada,
mil ejércitos en armas acampan en el vientre.
Ya es mucho tiempo sin hogar, pagando la hipoteca del amor fallido.
No tengo flow, el hogar está apagado,
un punto rojo señala a la víctima.
Mi carne se cuartea depositando
huesos ovalados en el omoplato.
Otro trago de vino,
otro trago.
Otro más.
II
Mi piel pide limosna en los portales del pasado......
Cojo otra aceituna verde manzanilla,
otro trago de Mayor de Castilla a 2.70 en el DIA,
no esta mal calidad precio.
Mi piel pide limosna, con los dedos de hambre y el rostro cansado,
mis dedos son patas de araña,
que solitaria teclea los versos de la derrota.
No es una pose, nada de eso,
es la pose de los que no siguen la pose.
Me voy de fiesta, me voy de fiesta,
porque yo no tengo flow
como los demás tenéis,
me voy de una vez........
Me voy a echarme otro trago.
Mil ejércitos acampan en mi vientre a punto de entrar en guerra,
puliendo sus Kalashnikov, brillando en el colocón de la noche
a la espera de conquistar la tierra de las atlantes,
el botín de nunca jamás.
Otro trago más.
DESVÁN
Tengo arriba un desván de pelonía para el olvido
y abajo una bodega visceral para el recuerdo.
Bajo y subo, varias veces esta noche.
Le pego un trago a la botella en el rellano.
Por las empinadas escaleras llevo sacos de palabras,
para dejarlas aquí en el desván,
junto a somieres que crujen
en articulaciones de ADNs,
crucifijos e iconos de madera que alejaban
la libido hacia los lupanares,
una máquina de coser remiendos...
Sacos de palabras que con el tiempo,
pierden el hueso y se quedan en trapo.
Lleno el desván con esos trapos de rancios efluvios
de los que ya no están conmigo
y de los que no quisieron estar.
Bajo las escaleras
una
a
una
trago a trago,
trago a trago,
hasta llegar abajo
para abrir otra botella
más.
LA NOCHE ESTÁ ROTA
La noche está rota
En el negro tablón
Oscuro del hampa
Las cascara hechas trizas
En la sartén nocturna
Todo rincón es una trampa ,
una ciruela rueda sola en el escenario
Oscuros pinchos
Como dentaduras
Negras dan bocados
A ciegas
Hierros desbocados
Suenan en la madrugada jevi metal.
La luna oculta
Da las cero horas
Tiembla el brillo
De los ojos que contemplan
El bodegón del ocaso
Un aplauso furtivo con hocicos de gato
Se ajusta los guantes de terciopelo
La pantalla de lignito está apagada.
Es la hora de acostar a la mosca.
ESCARCHA
Gracias a ti, he llorado mil años después.
Creí que los acuíferos de mi pellejo estaban secos
para siempre, y las raíces muertas estaban, y se mostraban
secas en la galería de las anécdotas de la barra de un bar.
Gracias a ti he llorado mil años después.
El chaval que escribe el primer verso, su máquina de escribir
y la muñequera de pinchos trotando, atravesando la habitación, encontrando la fórmula secreta que receta el duende maldito.
¿Creéis que me habéis encerrado?.
La palabra en verso atraviesa lo sólido
porque no es de este mundo de materia
entre tal y tal condensación matérica de los cojones,
la palabra en verso no es de este matrix.
Y suenan las pisadas en la escarcha como huesos del llanto,
pisadas en la escarcha, criaturas en la madrugada.
Me escapé de vosotros, con 15 años encontré la fórmula,
escribir versos, pero mucho más tarde la volví a perder.
Hoy de nuevo la he recuperado, no es para estar espléndido!?
En el jardín de mis entrañas ha brotado tras mil años
una garganta de pasión escupiendo
acróbatas y payasos por las avenidas del desastre.
LA LANGOSTA
Cae
un peldaño sobre mi frente y salta la langosta.
Protegía las puertas.
En la fiebre del neón surge cualquier cosa,
un convoy de expertos,
un mendigo que se sienta en mi tristeza
para comerse un cuscurro de pan
mientras habla por el móvil.
un saltimbanqui que hace sonar sus cascabeles
en los tobillos de luz de las monedas de la noche
tragaperras.
Dolor en los adoquines.
Placer en el deseo perdido en el cubo de la basura.
Las manos que antes ansiaban expresar
ahora guardan el celibato de la muerte en vida.
No se oye el pulso desde 1995.
Poema sin palabras.
Bailan los carneros en las plazas.
No saben que los van a degollar
INCONSCIENCIA
El dolor se fue,
solo queda un generalizado estado de abstinencia,
Insensibilidad que reverbera
en las paredes vacías de la nevera,
No hay dolor
hay dos puntos finos en la frente
que miran como miran los astros
en la inmensidad del cosmos,
un perro ladra con voz de plástico,
un viejo pasea con su garrota digital.
No se echa leña al fuego,
se da al botón y el alma se va por el culo abierto hasta el amanecer.
Todo se esfuma a lo lejos
y el pulso se ha perdido un silencio
con ruido eléctrico de contrapunto,
crea una niebla sonora
en la gélida mirada de mercado dibujo lineal.
El dolor se marchó y quedó la inconsciencia.
DESOLADO
Desolado.
Cae la madrugada como un telón de aluminio reflectante
sobre la nuca del porvenir.
Desolado.
Un cuerpo esclerófilo sobre el sol abrasador del amanecer eterno,
un filo atraviesa el cielo, de la nuez brotan chumberas.
Una corona de espinas en la voz del silencio.
Desolado.
El rito frenético obtiene los poros que chirrían.
Sus dientes sobre el engranaje churrigueresco
Un retablo de incongruencias,
chillidos de la jibris incorrupta.
Coge el metro.
QUE SE QUEDEN CON TODO
Mas abajo de mi vientre hay un foso con fondo sin fondo donde caen cadáveres que se acumulan en las paredes del abismo, carne retraída y rechazada.
El alma de la vida es la carne,
Y la muerte es el hueso de la vida.
El final del subsidio de desempleo
asoma ya en letrero de neón fucsia
al final de la calle.
La corbata del tedio ahoga,
se escuchan helicópteros sobre mis pasos.
Todos los cadáveres abajo de mi vientre
Están preparados para gritar
tan solo las mandíbulas conservan la turgencia.
En la desolación de mi cuenta corriente y de mi sexo,
sueño con ruedas que se pierden en el fango
y monedas de barro que se deshacen en las caderas
Que se queden con todo!
Siempre lo hicieron.
Un trago mas.
Un trago mas.
Un trago mas.
POEMA SOBRE EL FINAL DE LOS SUEÑOS
Todos los sueños en una colilla
apagada, ahí han quedado, quietos
atropellados en ceniza.
Los deseos quedaron en la pupila
de las autovías de la adolescencia
Ahora por carreteras secundarias.
Por ahí va el yo actual, sin sueños
buscando pensiones sin ventanas octogonales,
donde reverberar las voces internas
de los años perdidos.
Piel, luz, arena, turgencia de espejismos
La sal que cura el desgarro de un día,
varado sobre mi volví sin nada, ni piel,
ni luz, ni arena.
La fluidez de ocho lustros, que apagados
son ahora mis versos, antes eran llamas
de aldea.
Donde están, dónde han quedado?
En el reflejo de una diapositiva móvil
Nada queda salvo las cenizas de la fotoquímica.